MENTIRA
Llamadme, pues, luego a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que faltare no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal. 2 Reyes 10:19
Jehú fue elegido por Dios para ser rey de Samaría y para castigar a Acab y Jezabel por su maldad. Dentro de esta “misión” Jehú cumplió con obedecer a Dios, pero cometió muchos errores. Uno de ellos fue usar la mentira para acabar con el culto a Baal.
Al creyente no se le permite usar la mentira para hacer cosas buenas. Pablo dice que debemos “vencer con el bien el mal” (Romanos 12:21) Una de las cosas que Dios más odia es la mentira. Usar la mentira para obtener beneficios es meterse a la boca del lobo. La mentira trae desconfianza, dolor y vergüenza. No olvides que, en base al carácter de la persona ( en este caso mentira), Dios trata con ella. Acab usó mucho la mentira, y murió a base de mentiras de sus enemigos.
Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.
Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel.
2 Reyes 10:30-31
Dios nos dé un corazón integro para andar en sus caminos y ser transparentes con nuestro prójimo. “Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia, y en tu misericordia concédeme tu ley”. – Salmo 119:29
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